Hace un tiempo hablé de cómo preparar el yogur en la olla de cocción lenta. Hoy voy a hablar sobre cómo mejorar el resultado al prepararlo al estilo griego.
Se supone que se haya obtenido cuatro envases de un yogur nada espeso o como establecí en la entrada anterior:
Hay que tener en cuenta de que no estará tan espeso como el que se compra en el supermercado.
Acostumbro a reducir los cuatro envases a dos y medio, añadiendo un proceso para espesarlo y que termine siendo un yogur griego moderadamente espeso y con un sabor más fuerte, aunque continúa diferenciándose del que se consigue comercialmente.
Los materiales necesarios son: un colador grande, un cuenco mediano, envases para guardar el yogur, un paño (un pañuelo de hombre me funciona muy bien) y, por supuesto, el yogur hecho en la olla de cocción lenta.
Se procede a colocar el pañuelo sobre el colador y este dentro del cuenco. Luego viene el paso más importante. Se vierte un poco de yogur sobre el pañuelo y se espera. No hay de otra hay que esperar. ¿A qué? A que el suero vaya cayendo al cuenco.
Este suero de leche, conocido en inglés como “whey” (no confundir con “buttermilk” que tiene en español la misma traducción), es lo que no permite que el yogur espese, así que hay que colarlo. Para lograrlo se necesita mucha, pero mucha paciencia porque el proceso es muy, muy lento. Me toma un día completo completarlo.
En mi caso, se debe a que cuelo la mitad de un envase con yogur casero cada vez, es decir, repito el proceso ocho veces y en cada ocasión espero al menos una hora antes de rescatar el yogur.
El resultado es mucho más espeso que el que sale de la olla de cocción lenta y me parece que bien vale la pena el esfuerzo que conlleva un día de trabajo de más de ocho horas, debo decir, para obtener el yogur al estilo griego.
Al final queda entre 16 a 24 onzas del suero de leche. Esto no se desperdicia. La ventaja del suero que proviene del yogur es que tiene una vida más larga que el que sale directo de la leche por lo que se puede guardar en el congelador por mucho tiempo y usarse más adelante.
En cuanto al yogur, se puede usar en recetas como batidas, avena fría, salsas o simplemente mezclado con miel, frutas y nueces.
Por supuesto que hay otras posibilidades para espesar el yogur como añadir gelatina o leche en polvo en un punto mientras se prepara en la olla de cocción lenta, pero esta –a pesar del esfuerzo– es la que prefiero.